martes, 24 de febrero de 2015

TERESA FLOR

Teresa López de la Flor y Egüez nació el 12 de mayo de 1796 en el sector de Las Viñas, a orillas del río Ambato y a poca distancia de la ciudad. Lugar recordado por su exhuberancia de vides, flores y aves.

Sus padres fueron Joaquín López de la Flor y Juana Egüez.

“A la muerte de sus padres pasó al cuidado y protección de su tío materno, don Mariano Egüez, con quien se unió en matrimonio. Ilustre hombre ambateño, prócer de la independencia y como tantos, amigo de la libertad de los hombres y de los pueblos”.

Lógico es que, siendo esposa de un prócer y hermana de otros dos: Vicente y Francisco Flor, su participación en la gesta de la independencia fue decidida. La historia menciona de la correspondencia establecida entre ella y Rosa Zárate, y de la habilidad para convencer al Corregidor Ricaurte, para que dejara cierta libertad de acción a los próceres del 12 de Noviembre de 1820, y que él mismo se inclinara en la búsqueda de nuestra libertad.

A la muerte de su esposo se unió en segundas nupcias con Tomás Borja y Tinajero, con quien no procrearon hijos, según dice en su testamento doña Teresa Flor: “por no haber consumado el matrimonio y haber iniciado pleito sobre nulidad, el cual quedó paralizado por haber fallecido el referido Tomás Borja”.

Cuando aún no estaba abolida la esclavitud en nuestro país, Teresa Flor dejó en libertad a María Juliana Matute y sus tres hijas, de raza negra, aunque sí “con el deber que acompañe y sirva a mi hijo José Mariano”.


Luego de volver a enviudar, pasó en soledad sus últimos años en su quinta de Cashapamba, disfrutando de todo aquello que aprendió a amar desde niña. Flores, árboles y aves fueron sus compañeros hasta su muerte, acaecida en 1859.